8 de abril de 2012

Es copia fiel: obra no-aurática

"Es copia fiel: obra no-aurática"
Tinta e imitación sobre papel
Medidas: 13,5 x 21 cm
Ocho de abril de 2012, 05:23 hs.

En 1936, Walter Benjamin publicó su ensayo "La obra de arte en la época de la reproductibilidad técnica", donde identifica el concepto de aura en la obra de arte. Benjamin defiende que, aunque se pueda realizar reproducciones idénticas de la imagen de una obra (por medio de fotografías, serigrafías, medios tecnológicos, etc.), ninguna de estas copias tendrá el aura, es decir, la esencia espiritual de la obra, el "aquí y ahora" único de su creación, su originalidad. Así, por ejemplo, podemos decir que vimos infinitas reproducciones de "La Gioconda" de Leonardo, pero ninguna de ellas pueden transmitirnos su aura, propiedad exclusiva del cuadro original.

Este manuscrito hoy presentado es un conjunto de ideas y pensamientos, recordatorios, desarrollados en una charla con mi amiga Julieta. Pero, como el título del manuscrito lo indica, es copia fiel: no es el manuscrito original, que fue donde, espontáneamente, se anotaron las ideas. Ésta es una imitación, cuidada desde todos los aspectos estéticos: el texto está copiado palabra por palabra del original, en una hoja de igual tamaño y origen, con la misma birome, imitando la misma caligrafía, cortando las oraciones y bajando a la línea inferior en el mismo orden que el primer papel.
Ese manuscrito inicial, si es una obra (anecdótica, documental, conceptual, lo que sea), es la obra aurática, imposible de imitar porque representa un momento específico e irrepetible de la historia; este segundo manuscrito es una distorsión, una copia estéticamente (casi) idéntica, pero sin la frescura, sin el aura del original. Lo único que en apariencia distingue a ambos escritos es que el segundo posee la leyenda "Es copia fiel: obra no-aurática" en un extremo de la hoja. Ademas, ninguno de los dos papeles fueron firmados, con la absoluta conciencia que la firma es algo extra-artístico a la obra y sus mensajes.
Aunque exista un original y una copia, cada uno con su respectivo y distintivo valor, las ideas escritas en ambos papeles no se pierden, no se modifican ni son afectadas si son leídas en el primer o en el segundo papel -o en esta mismísima imagen virtual presentada en digital. Por eso, estos manuscritos presentan un problema estético, de apariencia, de valor de "obra", no así de contenido.
El manuscrito original, aurático, pertenece a Julieta, y la "copia fiel" es de mi propiedad.